Disney, la eterna factoría de crear sueños, y dinero. Un gigante imparable que sigue absorbiendo mundos de fantasía mientras llena sus arcas. Un conglomerado de entretenimiento que despierta amor y odio a partes iguales y que lleva en funcionamiento desde que en 1923 Walt y Roy O. Disney fundaron el estudio de animación Disney Brothers. En 1928 debutaba su personaje franquicia, Mickey Mouse, en el cortometraje Steamboat Willie, y tan solo nueve años más tarde estrenaban su primer largometraje de animación, Blancanieves y los siete enanitos. Esto no es una clase de historia sobre la compañía del ratón, pero sí que es una forma de introducir y tratar de mostrar que llevan 100 años influenciando los dibujos animados y marcando a muchas generaciones de niños, entre los que me encuentro.
De aquella primera hornada de películas clásicas de mediados del siglo pasado quiero destacar cuatro: Blancanieves y los siete enanitos (1937), La Cenicienta (1950), Alicia en el País de las Maravillas (1951) y La Bella Durmiente (1959). ¿Por qué elijo estas? Porque son icónicas, sí, pero también por su influencia en un videojuego que se estrenó el pasado 9 de octubre, Bye Sweet Carole, una aventura desarrollada por el estudio italiano Little Sewing Machine y dirigida por Chris Darril (Remothered).
La Cenicienta (1950)
Bye Sweet Carole es una fábula, un cuento, una historia profunda con tintes de clásico animado que te engancha desde la primera cinemática. Un viaje a través de la madriguera del conejo, una lucha con miedos, traumas y fantasías, la aventura de una dulce princesa en apuros que deberá sobrevivir a un mundo de alquitrán, carbón y ceniza. Imagínate por un momento que un cuento escrito por los hermanos Grimm fuese dibujado por Walt Disney... bienvenido a Bye Sweet Carole.
Imagínate por un momento un cuento de hadas que empieza en un lugar muy muy lejano, hace mucho tiempo. Un reino donde una dulce niña llamada Lana es feliz jugando y disfrutando de su mundo. Pero un día, el aciago destino provoca que su encantadora e inseparable amiga llamada Carole Simmons desaparezca. Su búsqueda la lleva a explorar el orfanato de Bunny Hall. Allí el velo que separa la realidad de la magia se desgarra y comenzará una aventura entre dos mundos, el real y el reino de Corolla, un mundo plagado de conejos, seres de fantasía y un malvado que quiere acabar con todo. Una historia preciosa y tétrica a partes iguales, en la que descubrir la verdad es nuestra meta final.
En el apartado narrativo Bye Sweet Carole me ha sorprendido gratamente, lo que empieza pareciendo una historia simple de cuento con tintes de terror, termina volviéndose una obra profunda que toca temas vitales como el movimiento sufragista femenino de la Inglaterra de principios del siglo XX, el síndrome de Peter Pan y no querer crecer nunca, el duelo por un ser querido, el bullying... y otros tantos temas escritos con amor y respeto. Es un título que te deja al final con el corazón blandito y calentito, es de esos "juegos con alma" que te dejan un mensaje y un poso tras terminarlos.
Una película clásica de Disney jugada
Imagino que a estas alturas del cuento te estás preguntando de qué va en realidad Bye Sweet Carole, y es que es una aventura en 2D de desplazamiento lateral que combina muchas mecánicas. Por un lado, tiene secciones de plataformas en las que debes huir de algo que te persigue, subir escaleras o saltar entre salientes... ya te imaginas. También tiene bastantes puzles que deberás resolver a base de exploración e ingenio, buscar objetos entre los distintos escenarios para dárselos a algún PNJ, combinarlos entre sí o utilizarlos en algún mecanismo, casi como en una aventura gráfica. A todo esto le tenemos que añadir una dosis ligera de acción donde a base de pataditas o paraguazos tendremos que enfrentarnos a algunos enemigos, y que no se me olvide el uso del sigilo para escapar o evitar malvados que quieren darnos caza. Lo dicho, este título es una mezcla que funciona realmente bien y que no te deja aburrirte en ningún momento.
Entre todos los géneros que toca quizás los que más peso tengan sean el Survival Horror y la resolución de rompecabezas. Miedo como tal no da mucho, pero tiene algún sustito de esos que no te esperas y sobre todo una atmósfera cargada de tensión y de sentirte indefenso. El hecho de ponerte en el papel de una dulce niña que se enfrenta a grandes peligros y terrores es un recurso inteligente que bien usado suele dar un buen resultado, como en este caso.
La belleza del apartado artístico es un espectáculo para el jugador
Por no entrar en spoilers no te contaré detalles que te estropeen la experiencia pero llega un momento en que la jugabilidad cambia por completo y podremos manejar diferentes personajes en nuestra aventura, algo que amplia mucho la experiencia y que nos hará disfrutar de otras perspectivas.
Si el ingenio y nuestra mente es el arma para enfrentarse a los enigmas que nos propone Bye Sweet Carole también deberemos usar otras herramientas para superar cada capítulo de esta historia. Otro de los recursos que utiliza Little Sewing Machine para dotar a este título de una jugabilidad variada es la inclusión de pequeños momentos o eventos que requerirán nuestro dominio del ritmo y la habilidad manual. Desde momentos en los que mantener la barra de equilibrio con destreza a machacar botones para abrir una puerta pasando por escenas de quick time event en que deberemos pulsar secuencias de botones de forma coordinada para superarla. Nunca he sido bueno en estas lides pero no me ha costado superarlo, así que los considero bien medidos y de dificultad asequible.
En Bye Sweet Carole sentirse indefensa y perdida es ley de vida
Impresionante, apabullante, excelso, sublime... el apartado artístico de Bye Sweet Carole es algo que impacta en el jugador desde el principio. Decir que es como jugar dentro de una película clásica de Disney es algo demasiado evidente, detallar que el nivel de animaciones, el diseño de personajes y escenarios, el mundo que han creado es arte de gran nivel es obvio también. Pero lo que me gustaría transmitirte en estas líneas es que este videojuego junta de forma magistral dibujos hechos a mano, una banda sonora de cine, un doblaje maravilloso y una historia llena de luces y sombras que te atenaza el corazón. Es un trabajo soberbio que trasciende la pantalla y que te hace sentir emociones: miedo, alegría, tristeza, sorpresa... en definitiva, te hace sentir vivo.
Las animaciones en las escenas de acción hacen que parezca una película
Bye Sweet Carole es una obra con una historia profunda y dramática que se esconde tras una capa de dibujos animados al más puro estilo de las pelis clásicas de Walt Disney. Un viaje a través del espejo que combina la inocencia de los cuentos de antaño con la oscuridad de los sueños rotos. Una fábula que no teme ser sentimental ni gótica, que mira a los clásicos y los transforma en algo nuevo, extraño y profundamente humano.
Es un título que te acaricia el alma y te la desgarra al mismo tiempo, una carta de amor a la animación, al terror y al poder de la imaginación. Una aventura sorprendente que va de menos a más y que te maravilla desde el primer instante por su excelso apartado gráfico y su atmósfera de terror. Cuando llegas a la última página, te deja ese sabor a belleza y tristeza que solo dejan los buenos cuentos… los que nunca se olvidan.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por 1UP PR -
💚 La historia cautiva y va creciendo con el avance de la trama.
💚 Cuenta con puzles ingeniosos.
💚 Hay mucha variedad de situaciones.
💚 Es como jugar dentro de una película clásica de Disney.
💚 Te deja el corazón calentito.
💚 El apartado artístico es impresionante.
❌ Tiene pequeños errores técnicos en las situaciones de persecución y sigilo.
Director Retro & Pixel Press 📰
Podcaster en NESbuscando en la Basura, El Indiario, DeVCast y A Link To The Podcast 🎙️
Redactor en DeVuego 📝