Algunas veces en los videojuegos encontramos historias vivas, llenas de personajes que se sienten reales, y que reflejan aspectos de nuestra sociedad que son difíciles de abordar abiertamente. Dustborn afronta temas como los extremismos políticos, la identidad de género, el racismo, el empoderamiento de personajes femeninos,... y muchos otros que no dejan indiferente al jugador. Los responsable de su desarrollo son el estudio independiente noruego Red Thread Games, conocido por obras cargadas de sentimiento y narrativas profundas como Draugen o Dreamfall Chapters.
Draugen - Red Thread Games
El pasado 20 de agosto se lanzó la edición física para PlayStation 5 y XBOX de la mano de Meridiem Games y aquí en Retro & Pixel Press hemos podido probar su versión de PC. Os puedo adelantar que el título es una aventura apasionante, un road trip en el que descubriremos a personajes que se sienten reales y con historias únicas. Dustborn es una obra hecha con mucha sensibilidad y que está cargada con las ideas y pasiones del grupo de desarrollo de Oslo, un ideario que puede no ser el tuyo, pero que nos muestra una realidad que existe aunque no queramos verla. Es hora de coger el equipaje, llenar el deposito y comenzar este largo viaje. ¿Me acompañas a recorrer una América distópica por carretera?
En Dustborn nos situamos en una versión alternativa de Estados Unidos, un futuro cercano y distópico, donde tras un suceso intrigante parte de la población ha desarrollado poderes a través de sus palabras. La sociedad está polarizada y dividida, la seguridad es un problema y las personas que presentan estas anomalías en su habla tienen que esconderse o ser erradicadas. Grupos rebeldes se oponen al sistema en una entramada red que se esconde de la mirada pública, el gobierno de la Republica no duda en hacer uso de la fuerza para mantener el orden establecido y los grupos religiosos tratan de utilizar su influencia para ganar poder. Todo, absolutamente todo, tiene mala pinta en esta distopía bien dibujada.
Nosotros nos pondremos en el papel de Pax, una mujer con el don del habla y capaz de hacer cambiar los pensamientos de la gente con tan solo dar una orden. Cansada de su vida y de esconderse, decide aceptar un trabajo que incluye robar un objeto a las autoridades de la región de Pacífica, en la costa Oeste de América del Norte, y cruzar toda la República hasta llegar a la costa de Nueva Escocia y entregárselo a sus contratantes. Un largo viaje por carretera en el que no estará sola, tres compañeros de viaje estarán a su lado para ayudarle a cumplir la misión, mientras se hacen pasar por una banda de música, las "Dustborn". Por el camino recorrerán mil y una aventuras, conocerán a personajes que se unirán a su causa o tratarán de sabotearla, pasarán por momentos únicos e irrepetibles, tristes y alegres, emocionantes y duros,... en definitiva vivirán sus vidas.
Si algo es realmente sobresaliente en el trabajo de Red Thread Games es el diseño y desarrollo de los personajes que protagonizan este juego, cada uno con su personalidad, su propia historia y que muestran signos de evolución durante toda la narrativa. Bien construidos, solidos, originales y sumamente reales. Quizás no te gusten todos, ni sus pintas, ni sus ideas, ni su forma de ser, pero con el trascurso del tiempo los respetarás por su autenticidad. A mi más de uno me ha hecho empatizar y sentirme cercano a ellos con el paso de los capítulos. Quizás, lo más impresionante de Dustborn es su capacidad para hacerte reflexionar sobre la misma vida, sobre las cosas importantes que te rodean y la trivialidad de los problemas.
Un viaje emotivo por carretera cruzando Norte América de costa a costa
Jugar a Dustborn es hacerlo a explorar escenarios en busca de objetos y personas con los que interactuar, un puntito amarillo y empieza lo bueno. Como buena aventura narrativa este título centra su jugabilidad en conocer la trama y las historias individuales de cada personaje a través de conversaciones profundas, eventos que se van abriendo, secretos que emergen por sorpresa y muchas escenas animadas que acompañan al texto. Cada diálogo o cada acción que realicemos nos plantearán una serie de decisiones que serán importantes para el desenlace final del juego, pero también influirá en las distintas intrahistorias de cada personaje. La mayoría de nuestras elecciones no cambiarán mucho el guion, pero hay una serie de puntos en el juego donde tu decisión marcará el devenir de los acontecimientos.
Perderte a investigar los escenarios es divertido si eres una persona curiosa y a la que le gusta descubrir pequeños detalles u objetos escondidos, como coleccionables para regalar a los otros personajes y reforzar las relaciones, materiales para mejorar tu arma o ecos que te permiten aprender nuevas habilidades. La parte de exploración de Durstborn me ha gustado, no son grandes superficies a recorrer y en ocasiones están muy delimitadas, pero es entretenido.
Reflexiona, decide, vive
En Dustborn cuando no estás investigando y hablando, por norma general, estarás teniendo combates contra guardias de la Republica, bandas de moteros, enemigos de Pacífica o robots zombis,... no es que haya una gran variedad de enemigos pero te servirán para repartir unos batazos a diestro y siniestro. Sin duda alguna es la parte más débil de este título, ya que la IA de los enemigos es cuestionable, el sistema de "quick time event" para usar las habilidades y poderes de nuestra voz rompen el ritmo de combate, y en general se sienten repetitivos y poco gratificantes. No son difíciles pero son incómodos de jugar y no aportan casi nada al juego, y eso que al principio parecen divertidos, pero cuando llevas un par de ellos sientes que son todos casi iguales.
Las escenas en las que se producen los combates si que me parecen elaboradas y que suman a la trama, una persecución de una banda, una redada policial, una lucha contra un mecha gigante,... situaciones que entran bien en la historia y que son emocionantes, pero es en la jugabilidad del sistema de combate donde existen los problemas reales. Quizás, es el motivo por el que Dustborn sea una obra notable y no sobresaliente, un detalle pequeño, pero de vital importancia.
El combate es lo más flojo del juego
Para darte un respiro y que los diálogos e historia no se te hagan densos, además de los combates, Dustborn nos propone varios minijuegos que buscan romper la rutina y que seas un jugador activo y no mero espectador pasivo de la historia. Entre ellos tienes juegos de ritmo al más puro estilo Rock Band en el que debemos componer canciones con nuestra guitarra acertando las notas en el momento preciso, además habrá en momento que daremos conciertos y estos juegos de ritmo toman tambien mucha importancia. Yo me reconozco manco en estos juegos, pero si yo los he podido pasar con cierta soltura no creo que mucha gente tenga problemas con ellos.
Otro de los minijuegos que tenemos es el de usar nuestra pequeña consola llamada MeMe para buscar y cazar los ecos de ruido por los escenarios, invisibles para el ojo humano pero no para nuestra protagonista, y que nos permiten acumular energía para luego poder formar nuevas palabras. Una vez localizamos un eco tenemos que atraparlo en un sencillo juego de tira y afloja que nos hará sentirnos como un caza fantasmas. Es una actividad entretenida, pero cuando llevas más de 20 cazados se empieza a hacer repetitiva, es más divertido buscarlos que domarlos.
Juegos de componer ritmo de componer canciones
A medida que vayamos cazando ecos los iremos acumulando hasta poder componer nuevas palabras para nuestra voz que nos permitirán aumentar nuestras habilidades tanto en combate como en diálogos. Esta formación de palabras se realiza mediante un pequeño juego en el que debemos enfrentarnos alinear dos líneas hasta hacerlas coincidir. Sencillo y fácil pero aporta poco al jugador.
Otros juegos que encontraremos son un pequeño juego de pong en una recreativa, bastante fácil de dominar y vencer a nuestro adversario e incluso hacia el final del juego tendremos una partida en 2D a un juego de pixel art con combates por turnos, que pese a ser muy simple me ha parecido bastante divertido y ameno.
Todas estas ideas, algunas buenas y otras no tanto, tienen por objetivo romper la monotonía en la que se podía convertir una aventura solo narrativa de larga duración, y lo consigue, unas veces de manera más acertada que otras, pero lo consigue.
Dustborn como juego de combate por turnos en 2D y pixel art
En el apartado visual Dustborn está planteado como si se desarrollase dentro de un cómic, las portadas de sus capítulos imitan a la perfección la de una de estas publicaciones creando un estilo llamativo y muy bonito de ver. El interfaz de juego, los botones, las conversaciones,... todo parece que encajaría dentro de una publicación de Marvel o DC, el cuidado de los detalles en este aspecto es increíble. Los personajes no se quedan atrás, tienen mucho trabajo encima, están caracterizados con mucha fuerza y sentimiento, y se encuentran llenos de destellos únicos. En cuanto a los escenarios consiguen transportarte a bellos paisajes, costas impresionantes, kilómetros de carreteras polvorientos,... lugares únicos y provistos de una energía especial. Es un juego que rezuma belleza en cada gráfico.
La Banda Sonora es "la caña", Rock melódico con voces potentes, música electrónica más moderna y que transmite mucha fuerza, las melodías son variadas y de buen gusto. Tengo que reconoceros que es un trabajo de sonido impecable, lo mismo que las voces del doblaje al inglés que están perfectamente interpretadas y ayudan a crear unos personajes más creíbles todavía, a la par que aportan peso a la historia de Dustborn.
Un apartado artístico de inspiración cómic que luce impresionante
En conclusión, Dustborn es una aventura narrativa que busca trascender más allá de la pantalla, su objetivo es marcarte y hacerte reflexionar sobre aspectos de la vida, sobre tus ideas y prejuicios, sobre las personas,... y lo logra con creces. Cuenta con una trama solida e interesante y unos personajes que crecen con el tiempo y que te invitan a llegar al final de un largo viaje a su lado. Eso si, me gustaría hacer una advertencia, si no te interesa pensar en exceso, si no te gusta conocer las ideas de otras personas o si te aburren las conversaciones largas, esto no es para ti.
Explorar los escenarios, tomar decisiones importantes que marcan la historia, y conocer cada detalle, son los aspectos más divertidos de la jugabilidad, apartado que se ve empañado por el limitado sistema de combates que te aburrirá pronto y algún minijuego de relleno que puede llegar a cansarte. En el apartado artístico su estética tipo cómic y su banda sonora son muy buenas, lucen bien y suenan mejor. Dustborn hace muchas más cosas bien que mal, y para un servidor es un título muy recomendable del que he disfrutado cada una de las 18 horas que me ha costado terminarlo.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Meridiem -
💚 El estilo tipo cómic luce de 10
💚 La Banda Sonora
💚 Una historia emotiva y que te marca
💚 El desarrollo de los personajes
💚 Tomar decisiones que afectan a la trama
❌ El sistema de combate es muy flojo
❌ Varios mini-juegos están de relleno
Director Retro & Pixel Press 📰
Podcaster en NESbuscando en la Basura y El Indiario 🎙️
Redactor en DeVuego 📝