Los videojuegos orientales, sean del género que sean, tienen algo en común: son tremendamente adictivos. Y por si acaso no fuera suficiente, te mezclan géneros de formas muy locas que los vuelven peor aún. Hoy os traigo un comehoras duro, muy duro.
Creo que no hace falta que me vaya a muchos ejemplos para ilustrar esto ni mucho menos. Ahí está Palworld, que mezcla Pokémon con automatización de cadenas de montaje y miles de tareas simultáneas para hacer. Vamos, creo que no hay nadie que se haya asomado por Palworld y no se consuma tardes enteras en ese pozo de horas. La gracia es que no es el único, hace tiempo pude probar otro que mezclaba construcción de ciudades, con plataformas y estética a lo Hollow Knight y, encima, roguelite ¡ahí es nada!
Pues hoy vengo a hablaros de Faun Town. Un juego que mezcla la automatización y cadenas de montajes con recursos a tutiplén al estilo Satisfactory, y lo mezcla con la recolección, granja, pesca y socialización de Stardew Valley. ¡Ojo!
El juego comienza con tu personaje, un científico, se ha estrellado con su nave espacial en lo que parece ser una isla. No recuerdas nada ni sabes qué ha pasado, pero al poco un buen habitante del lugar te va dando las primeras indicaciones a modo de tutorial. Resulta que eres todo un crack de la ingeniería, capaz de construir un acelerador de partículas con dos cocos y un cangrejo. Así que evidentemente te pones manos a la obra: hay que reparar la nave al completo y salir de ahí.
La cosa evidentemente va tomando más chicha conforme avanzas. Resulta que la isla de desierta no tiene nada, al contrario, hay toda una ciudad funcional y perfectamente equipada justo al lado. Así que como buen ciudadano, te pones a socializar y conocer a todo el mundo. Un encargo por aquí, unas recetas por allá, un “conozco al alcalde para descubrir el secreto oscuro de la isla” y adelante.
Porque evidentemente no todo es plantar y reparar. La ciudad tiene sus misterios y secretos, cada habitante parece guardar algo oscuro o tiene ciertas rencillas con otro vecino. Hay una iglesia en la plaza central que, a poco que vayas avanzando un poco en la aventura, sabes que no está tramando nada bueno. Y así poco a poco, en una historia que vamos haciendo avanzar conforme vamos haciendo encargos a los vecinos, reparamos la nave y recobramos, poco a poco, la memoria.
Pero historias aparte (que lo mismo ni nos interesan) vayamos a lo que le da vidilla al título.
En Faun Town tenemos un dispositivo que nos permite crear, literalmente, cualquier artefacto que nos permita construir cosas. Comenzamos con lo de siempre, un hacha roñosa y oxidada para talar un poco y terminamos con toda una cadena de producción con drones, donde haremos desde los tablones más elementales hasta células de energía, combustible, etc. La base jugable de esto es la que estamos acostumbrados: recoge un material para refinarlo en una máquina, para así poder crear otro material con el que construir otra máquina para refinar otro material, y así hasta el infinito. No hay mucho misterio aquí si ya vienes de otros juegos como Satisfactory, Factorio, etc. Es decir, tienes vicio para rato. Todo para ir avanzando tanto en la historia como en la reparación de la nave.
Luego vamos a la parte de la granja y la comida. Esto es la parte que más nos va a ocupar en tiempo porque no se puede automatizar tanto como la producción de materiales. Aquí salvo llegados a cierto punto del juego en el que nos dan robots que hagan el trabajo, tenemos que hacerlo todo nosotros a la forma clásica: preparas el terreno, plantas las semillas, riegas de forma regular y recoges el producto. Aquí entonces se nos presentan varias posibilidades: o vendemos lo que produzcamos o lo usamos para prepararnos platos de comida.
Porque en Faun Town, además, tendremos tres indicadores: salud, cansancio y hambre. La salud la puedes reponer comiendo ciertos platos, el cansancio se rellena durmiendo en tu casa, y el hambre consumiendo los platos que has preparado con la cosecha.
Parece sencillo, de hecho lo es, pero no es tan fácil avanzar. El hambre nos viene muy pronto, el medidor se agota enseguida y debemos reponer cuanto antes, a veces no da tiempo a tener nada listo y puede ser un problema. Con el medidor de hambre vacío nuestra salud empeorará y el cansancio irá a más de forma progresiva. Además el cansancio va aparte, porque cualquier acción que hagamos en Faun Town consume barra de cansancio.
Además de todo esto, tendremos pesca, recolección de frutos, flores, y encargos de los vecinos. Muchas de estas cosas nos darán dinero o recursos, aquí ya está en cada cual el abordar el juego a su forma. Yo, personalmente, encontré en la pesca una manera sencilla de llevar todo esto en medidores aceptables constantemente. Tienes un punto de pesca cerca y prácticamente siempre pillas algo, bien para venderlo o bien para consumirlo, pero es una estrategia que funciona.
Y por lo demás hay que realizar varias tareas de exploración, adentrarnos en biomas nuevos e ir recolectando más recursos, seguir avanzando en la historia para desbloquear más cosas y repetir, siempre repetir. No es un esquema que nos vaya a partir de la cabeza pero es efectivo, funciona todo bastante bien, la economía parece aceptable y el nivel de desafío también.
El objetivo principal, al menos constante durante toda la aventura, es el de reparar nuestra nave espacial. Esto es lo que marca la hoja de ruta del juego, y lo que va a ir desbloqueando nuevos componentes y materiales. Os lo cuento muy rápido.
La nave se compone de varias secciones que están rotas, cada una de ellas consta de varias partes. Debemos reparar todas las partes de una sección para poder pasar a la siguiente. Con cada nueva parte reparada se nos premia y avanzamos, todo de forma secuencial, sin posibilidad de elegir qué reparación abordar.
Sencillo y directo, de hecho tenemos una Inteligencia Artificial dentro de la nave que nos va indicando en todo momento lo que debemos hacer. Además que inicialmente solo podemos reparar una parte, y al hacerlo desbloqueamos la tecnología necesaria para reparar la siguiente. Vamos, que es imposible no saber qué hacer a continuación.
Con todo este cacao de cosas por hacer en tu huerto, tu fábrica, el pueblo y la nave ya te podrás imaginar que no vas a parar en ningún momento. En Faun Town no hay momentos muertos, no hay esperas ni puntos en los que estar atascados. Siempre hay algo que hacer, un encargo que cumplir o algo nuevo que fabricar.
¡Ah, lo olvidaba! Si te falta algo, explora la isla, siempre hay cosas necesarias desperdigadas por ahí y al encontrarlas, desbloquearás más cosas: recetas, piezas de equipo, animales, semillas, etc. Espera, que sigo con la lista: hay un sistema de mascotas para que te acompañen, una liga de mercaderes, unas plantas que usas para que luchen contra los monstruos y las puedes ir mejorando, mejoras de calidad de vida conforme avanzas como teletransportes o modificación genética de semillas…
Creo que no me dejo nada (¡creo!).
Iba a comenzar esta sección diciendo algo así como “y realmente ya está”, pero ¿te parece poco? Como habrás podido comprobar, Faun Town no te lo pules en una tarde ni mucho menos. De hecho es muy probable que juegues una buena sesión y hayas hecho relativamente poco. ¡No te extrañe!
Vayamos a la parte estética y de progreso. Lo cierto es que Faun Town cae por su propio pie en algunos aspectos como las posibilidades de relación con el resto de habitantes o su arte. En lo que respecta a lo primero, Faun Town se queda muy atrás de Stardew Valley al no construir relaciones profundas y que realmente determinen o modifiquen tu progreso. Vamos que realmente puedes eliminar esa parte y el juego como factoría y reparación podría continuar perfectamente. A su favor hay que decir que al pueblo se le ha dado bastante vidilla, siempre hay aldeanos haciendo cosas o que requieran de tu ayuda, te reconocen, interactúan contigo correctamente… Incluso hay algunas subtramas que pueden resultar interesantes (aunque tampoco nos volvamos locos, la mitad de las veces estaremos aporreando el botón de saltar diálogo porque queremos irnos a seguir produciendo). Pero lo dicho, en este aspecto hubiera deseado poder profundizar más (sí, le estoy pidiendo más a algo que tiene un contenido abrumador y muy bueno).
Por otro lado, a veces he sentido que la economía y recursos no acompaña, sobretodo en los primeros compases del juego. He notado cierta descompensación entre el tiempo en que tardo en producir los recursos y preparar productos, el ritmo de descenso de mis barras de cansancio y hambre, e incluso con el precio de venta. Sí, la formula es sencilla: Planto manzanas, vendo manzanas, compro semillas de manzanas y me queda un remanente para mi consumo aparte de ciertos beneficios que puedo reinvertir. Pero no es tanto como puede parecer, el proceso de granja es más lento de lo que esperaba. Lo dicho, menos mal que la pesca lo soluciona. Si vas a empezar, empieza por ahí.
Un apunte que me parece importante comentar es el tema del uso de IA para generar imágenes. En la página de Steam, el desarrollador avisa de que se ha usado IA para el background de la pantalla principal, los retratos de los aldeanos y el del protagonista. Y efectivamente se nota. Además, comentar que en el aspecto gráfico puede que os encontréis desigualdades en el estilo. La nave, por ejemplo, está hecha con pixel art reescalado, y se mezcla con fondos dibujados a manos, con personajes pixel art, y así. Por mi parte cero problemas porque no es el primer juego con el que me topo que hace las cosas así. Pero bueno, avisados estáis.
Nada más que comentar al respecto. Lo cierto es que Faun Town tiene contenido a espuertas, tareas divertidas de gestión, automatización y granja. No sientes en ningún momento que no puedas hacer nada y eso se agradece, no es un juego estresante pero tampoco esperes un simulador de vida apacible en el campo. Descubría Satisfactory cuando iban por la versión 0.6 y eso me comió las horas cosa mala, desde entonces tengo especial predilección por estos juegos de factorías, y aunque evidentemente el juego planetario es lo más top que te puedes encontrar. Este Faun Town coge muy bien esos conceptos y lo fusiona perfectamente con las mecánicas de granja, recolección y socialización de Stardew Valley. Otra cosa no, pero a estos desarrolladores se les da muy, pero que muy bien, crear estos experimentos.
Faun Town toma los conceptos de Satisfactory y Stardew Valley y los fusiona creando una mezcla que, no solo funciona, sino que lo hace muy muy bien. Con cientos de tareas para realizar y una cantidad de contenido abrumadora, no vais a tener ni un segundo de respiro. Pero que eso no os eche para atrás, este juego es divertido, mucho. Un buen tragahoras en el que se os irán tardes enteras.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por 2P Games -
💚 La enorme cantidad de contenido y mecánicas.
💚 Su gameplay, adictivo como él solo, nunca paras de hacer cosas.
💚 La historia, sin ser nada del otro mundo, es interesante.
💚 La mezcla tan acertada de varios géneros que, de por sí, ya son bastante adictivos.
❌ La economía del tiempo, recursos y dinero. Al principio está poco balanceada.
❌ Las relaciones con los otros habitantes son un trámite para avanzar en la historia principal.
Juan Carlos es clase dual (Programador / Filólogo), antes era solodev y ahora proyecto de divulgador e investigador académico en game studies. Friki a tiempo completo y amante del videojuego de terror en todas sus facetas.