Iba a hacer la típica introducción donde hablo de lo feliz que soy por la vuelta de los Survival Horror de corte clásico, pero me he dado cuenta de que ya lo he hecho varias veces. Efectivamente, soy muy feliz, y nunca se dice suficientes veces. Pero vayamos a lo interesante, porque el título de hoy se me pasó del radar (o al menos el radar de la memoria a corto plazo) y han sido una serie de cuestiones las que me han hecho detenerme en él y exprimirlo a más no poder. Una de ellas es que lo están nominando a varios premios.
Ya me extenderé en su respectiva sección, pero este Heartworm ha conseguido algo que poquísimos títulos consiguen, y es hacer un survival horror tomando Silent Hill como referente, y que le salga bien. No me enrollo más y vamos al lío.
Sam es incapaz de superar la muerte de su abuelo, llegando al punto de obsesionarse peligrosamente con ello. Como una cosa lleva a la otra, empieza a perderse en foros de internet, chats, etc. donde termina dando con una información que le interesa: existe una casa escondida en unas recónditas montañas y en la que, según dicen en el chat, hay una habitación que es capaz de transportarte a otra dimensión y donde te puedes reencontrar con tu ser querido. Eso sí, se dice que todo el que ha entrado en esa habitación jamás ha regresado.
Lejos de meterlo en el saco de bulos, creepypastas y leyendas urbanas de internet, Sam localiza el lugar, prepara su equipo (un mechero, un paquete de cigarrillos y una cámara de fotos) y se va para allá, decidida a volver a contactar con su abuelo. Al llegar a la casa, efectivamente termina llegando a una habitación que la transporta al “otro lado”. Como ya te podrás imaginar, muy amigable no es que sea esta nueva realidad… y lo vamos a dejar aquí, con los primeros minutos de argumento.
Heartworm nos presenta un survival horror de corte clásico, con estilo gráfico de PS1 y simulando prácticamente todas las mecánicas de aquellos tiempos aunque incluyendo varias características modernas. El juego se desarrolla fundamentalmente en 4 secciones: La casa abandonada y tres escenarios dentro de la otra realidad (ahora voy con esto). En todos los escenarios, Sam deberá hacer lo propio: resolver puzles, reunir documentos y recuerdos, visitar lugares familiares y, por supuesto, sobrevivir.
Bueno, un poco sí, no os voy engañar. Tras explorar la casa abandonada (nivel con varios puzles y claramente introductorio) pasamos a la otra realidad, donde empieza la chicha. Aparecemos en una zona “nexo” desde la que vamos a poder acceder a las otras 3 secciones (en orden y con viaje solo de ida, nada de exploración libre para limpiar coleccionables, cuidado con eso).
Los escenarios a los que se acceden desde el nexo corresponden con localizaciones de la vida real donde Sam ha compartido momentos y vivencias con su abuelo. La diferencia evidente es que están retorcidos, con pasillos infinitos, puertas que no deberían estar ahí, lo normal vamos. Los monstruos son humanoides con apariencia de estática de televisión y nuestra única forma de defendernos es con la cámara de fotos de Sam.
La cámara actúa tanto como arma contra los monstruos como de herramienta con el entorno, me explico: si apuntamos, la cámara del juego pasa de ser fija a estar sobre el hombro para poder apuntar donde queramos y disparar; si la usamos sin apuntar (no consume carrete, o sea, munición) disparamos el flash, el cual sirve para iluminar momentáneamente la estancia en la que nos encontremos (muy necesario, créeme). Aparte de eso, también podremos sacar fotos de ciertos objetos coleccionables y de algunos puntos concretos de los 3 escenarios que nos servirá para determinar el final del juego (hay 3, dependiendo de las fotos que hagamos).
Sobre las novedades, decir que podemos alternar entre las clásicas cámaras fijas y móviles, control tanque o direccional, caminar al apuntado… muchas opciones para que ajustemos la experiencia a nuestro gusto. Por lo demás, todo sigue el canon del género: resolver mucho puzle, buscar pistas, enfrentar a los enemigos lo justo y avanzar.
A ver, es innegable que uno mira el título y se acuerda de Silent Hill, las referencias son muy muy obvias: el tono del juego, la ambientación de las localizaciones, el uso de la luz y oscuridad, el ruido estático, el menú de inventario (aquí es más bien una mezcla entre Silent Hill y Resident Evil), la intimista de su argumento, incluso hay un puzle de un piano. Entonces, ¿es original?
Rotundamente sí. A Heartworm se le nota de qué palo va, pero se desmarca bastante bien de la saga de Konami. Para empezar, dejamos de lado los pueblos completos y las realidades donde no se entiende nada. Heartworm quiere que lo entiendas, quiere que empatices con Sam y sepas por lo que está pasando, vas a tener monólogos interiores y explicaciones de sobra (aunque más de un misterio queda en el aire), conoces la realidad y la motivación de Sam. Aquí no vas a encontrar ni algo tan críptico como Silent Hill y Silent Hill 2, pero tampoco vas a sufrir de ese vano intento de parecer enigmático a base de narrativa torpe, superficial y con cuatro frases lapidarias (como pasa demasiado en los que tratan de imitarlo).
Otro de los elementos con personalidad (y que se descuida mucho) es el de los puzles. Ya he dicho hace un momento que tenemos uno de un piano, pero es que también tenemos de encontrar piezas y unirlas, anotar códigos y descifrarlos más tarde, callejones sin salida aparente, escenarios cíclicos, interpretar pinturas y elementos de escenario, poesías, incluso partidas de ajedrez que tenemos que resolver (algunas partidas son muy interesantes y requieren que le demos al coco)… vamos, que se lo han currado y muy bien además.
No puedo más que decir eso de “es lo mismo, pero distinto”, como si visitaras un lugar familiar (nunca mejor dicho) pero con los suficientes pequeños cambios para que tengas sensación de novedad constante.
Bueno, con todo y eso, decir que Heartworm nos lo podemos ventilar en unas 4 o 5 horas, quizás más, la primera vez que juguemos. Luego las pasadas se pueden hacer en muchísimo menos (he visto vídeos donde en un par de horas lo finiquitan), la dificultad está bien ajustada en su modo normal, lo cual no quiere decir que vaya a ser un paseo (de hecho vas a morir varias veces), pero es bastante asequible.
Los escenarios son en su mayoría grandes y muchos enfretamientos son fácilmente sorteables. Los jefes (que no he comentado nada de ellos) son escasos y en general su dinámica se pilla bien, tenemos munición y curaciones abundantes y los puzles, aunque ingeniosos, no son excesivamente demandantes. Además tenemos 3 finales, dependiendo de las fotos que hayamos sacado en las 3 localizaciones.
Con Heartworm tienes una experiencia que no es que cumpla, es que lo hace de forma casi sobresaliente. Si te lo vas a comprar, cosa que te recomiendo, que sepas que te vas a encontrar un survival horror muy completo, muy por encima de la media de los actuales, cortito pero con suficientes alicientes para rejugarlo varias veces. Con una historia intimista con su dosis justa de misterio y libre interpretación sin abusar de tropos manidos o recursos narrativos baratos.
Otro de los motivos que me llevó a hacerme con él es que hay un pack en Steam con este, Hollow Body y Crow Country. Tres maravillas a precio de risa. Recomendable al 100%.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código personal -
💚 Puro survival horror clásico.
💚 Buena historia y ambientación. Homenajea pero con personalidad.
💚 Puzles originales e inteligentes.
💚 Una duración ajustada y con varios finales.
❌ Alguna que otra localización le hubiera sentado muy bien y hubiera redondeado la historia.
Juan Carlos es clase dual (Programador / Filólogo), antes era solodev y ahora proyecto de divulgador e investigador académico en game studies. Friki a tiempo completo y amante del videojuego de terror en todas sus facetas.