Hacía tiempo que no me embarcaba en un juego de exploración de mazmorras, y si ya le añadimos un píxel art bastante currado y con temática de ciencia ficción y terror, tengo la mezcla perfecta para desear jugar y exprimir lo que se me ponga por delante. Lo sé, es un poco placer culpable el explorar (nunca mejor dicho) juegos de nicho que nada más que por sus singularidades te llaman la atención.
Con REPOSE me ha pasado justamente eso mismo, necesitaba probar este juego tan particular y con tantas cosas que me gustan. Lo que yo creía que iba a ser una experiencia más de mazmorreo con bichos feos se me ha convertido en una pequeña “obsesión” por resolver todos sus puzzles y explorar sus recovecos. Al punto de desconectar del juego para tomar un descanso y seguir dándole vueltas mentalmente. No me suele pasar a menudo, así que ya estoy diciendo algo, vaya.
REPOSE es bizarro, muy peculiar tanto en apariencia como en mecánicas. Una de esas rara avis que te encuentras de vez en cuando y que te atrapa completamente. Pero, como siempre, vayamos por partes.
Te despiertas de un mal sueño. Es tu primer día en [la empresa], estás en una cafetería con una tal Cynthia que, entre varias frases crípticas y sin sentido, te comenta tu trabajo: Debes recorrer todo el complejo en busca de los cadáveres de los anteriores empleados y recuperar los tanques de oxígeno. Sencillo ¿verdad? Total, no tenemos ni idea de lo que está pasando, pero bueno, no nos pagan por pensar así que nos ponemos en marcha.
La cuestión es que en cuanto te pones en marcha ya te explican brevemente en lo que consistirá todo: Tienes un indicador de energía, la cual disminuye un punto al avanzar de una pantalla a la siguiente. Debes llegar del punto A al punto B. Si encuentras una cama, úsala, que funciona como punto de guardado y para restaurar la energía. Si la energía llega a cero, mueres y reapareces en la última cama.
Lo cierto es que esto que os acabo de contar parece lo más sencillo del mundo (que lo es). Pero es que REPOSE es tan críptico al principio que vas a tardar un poco en darte cuenta de estas cosas (y estamos empezando). De hecho yo no me enteré bien de qué iba todo hasta que no llevaba varias localizaciones y pantallas de inicio. Pero ojo, que no lo digo como algo malo, para nada. Es más es que te lo digo ya: si buscas una historia y lore bien mascaditos y sencillos de entender, date la vuelta, que aquí no es. ¡Y vaya que bien le sienta!
Conforme vamos avanzando vemos nuevas localizaciones, subimos por aquí, bajamos por allá, aparece un bicho, lo liquidamos, arriba, ahora abajo… nada tiene sentido. Así es REPOSE.
¿Matar bichos? Sí, muy pronto aparecerán los monstruos que no son más que cadáveres reanimados por algún tipo de parásito alienígena (o algo así) que nos van a dar matarile nada más vernos. Contamos con un par de armas: Un hacha y una pistola. Los enemigos son débiles a una pero inmunes a otra, por lo que saber cuál utilizar en todo momento es esencial si no queremos repetir el recorrido (aquí no hay vida, es todo o nada).
En el apartado de herramientas tenemos el tubo de luz, con el que iluminamos algunas zonas, y un termo con té que restaura nuestra energía, que es de un solo uso y debemos rellenar en ciertos puntos del mapa.
Con esto ya lo tenemos todo para avanzar en esta extraña aventura, que nos va a llevar a recorrer edificios, minas abandonadas, zonas con cables pelados y escenarios que, bueno, digamos que son “peculiares” cuanto menos.
Bien, jugablemente ya he comentado todo (la verdad es que poco más ofrece este título), ahora pasemos a ese punto en el que te vas a encontrar sí o sí cuando pasen unos minutos de juego: El momento en el que tu cerebro hace clic y entras en la dinámica.
REPOSE es, básicamente, el clásico juego de laberintos donde tienes pasos limitados para salir de ahí, pero en un falso 3D mediante el desplazamiento por pantallas semiestáticas. Una vez llega este momento es cuando el cerebro se pone a carburar de verdad, donde empiezas a planear tus rutas para que sean lo más óptimas posible. Sí, contamos con un mapa, pero tampoco es la gran cosa, porque no tenemos indicadores de posición ni nada. Vamos que hay que ir a las bravas, tirando de memoria y orientación (aparte de que hay zonas sin mapa, ahí sí que sientes como tu materia gris se está ejercitando).
Con esto ya tenemos el ciclo de juego de REPOSE: Partimos de una cama, punto A. Contamos con un número limitado de pasos, tenemos que llegar a B sin morir por los monstruos y sin quedarnos sin energía. Tan sencillo pero a la vez tan efectivo y estimulante. En muchas ocasiones daremos muchas vueltas, rodeos, desbloquearemos atajos, volveremos a la cama, repondremos té en otra parte. ¡Ah! Y evidentemente habrá más complicaciones tanto en puzzles como en peligros, pero eso te lo dejo para que lo descubras por tí mismo (tampoco pensaba contártelo todo).
Pasemos a algunas cosillas aparte de la jugabilidad y la estética tan extraña de REPOSE. Me gustaría comentar otras peculiaridades (sí, más).
Lo primero es que REPOSE no tiene un sistema de guardado como tal. Sino que cada vez que te sitúas en una cama, el juego te da un código de guardado para que lo introduzcas en una clásica pantalla de password para retomar la partida. Ese código variará en función de en qué punto te encuentres (y sí, hay códigos secretos que nos llevan a sitios… más extraños aún). Si quieres tirar de libreta para apuntar, eres libre de hacerlo, el juego te da la opción de recordarte el último código de guardado, pero si quieres tenerlos todos para explorar los escenarios como quieras, libre eres.
Luego por otro lado, comentar la personalización de la pantalla. REPOSE está en gris y negro pero podemos cambiarlo a otros esquemas de colores simulando aún más los sistemas antiguos. Tendremos a nuestra disposición azules, rojos, blancos puros, efectos de distorsión, y más.
¡Ah! Y si no te parece un desafío a la mente lo suficientemente complejo, también tienes la opción de desactivar el HUD del juego. Esto quitará de la pantalla el número de pasos restantes que podemos dar, el mapa y la brújula con la que nos podemos orientar. Por lo que si ya de normal hay que darle al coco para planificar las rutas, ¡con todo desactivado seguro que echas humo!
Me he quedado a solo un logro del 100% de REPOSE (porque no sabía que era perdible, y no tengo el código para volver a ese punto), con esto lo digo todo. Un videojuego extraño, muy muy bizarro, enigmático y raro como él solo. Pero todo para bien. El juego tiene personalidad de sobras, todos sus elementos están pensados y estructurados para hacerte trabajar el cerebro, y artísticamente es de notable para arriba.
Una experiencia de esas que te llaman por lo extraño y te quedas por lo bien ejecutado. Eso sí, su duración es relativamente escasa, ya que en unas 4 o 5 horas puedes terminarlo sin problemas. Recomendadísimo, un indie de manual, la definición del género. ¿Os he dicho ya que está hecho mayormente por una sola persona?
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Akupara Games -
💚 Su ambientación. Recorrerás los laberintos en tensión constante.
💚 La narración críptica y lo bizarro de su propuesta.
💚 Como juego de puzzles es perfecto.
💚 El sistema de guardado y los muchos secretos que esconde.
❌ Al principio es confuso. Tardas un poco en entrar en la dinámica del juego.
❌ Su duración y escasa rejugabilidad.
Juan Carlos es clase dual (Programador / Filólogo), antes era solodev y ahora proyecto de divulgador e investigador académico en game studies. Friki a tiempo completo y amante del videojuego de terror en todas sus facetas.