Después del exitazo de Buckshot Roulette, Mike Klubnika nos llega con otra propuesta bastante peculiar. La verdad es que lo de este desarrollador me tiene completamente atrapado. Una persona que es capaz de sacar propuestas que ya no es que se salgan de la norma, es que son dificilísimas de encajar por sí mismas en cualquier género.
Y no lo digo como algo negativo ni mucho menos. Dentro de mi faceta de jugón me encanta probar propuestas diferentes y bien ejecutadas. Buckshot Roulette era algo muy bizarro si lo pensamos, no era solo una ruleta rusa al uso, sino todo lo que lo rodeaba. Algo similar pasa con este s.p.l.i.t, pero con un toque muy friki en su interior: un terminal de comandos linux completamente funcional, al menos en sus instrucciones básicas, pero vaya, todo un logro. ¡Vamos al lío!
A ver, el argumento tampoco es que nos vaya a descubrir el sentido de la vida: somos Axel, un hacker que junto a Sarah y Victor vamos a entrar en los sistemas de una corporación malvada de la que no se nos cuenta gran cosa. Lo único que sabemos es que tienen algo llamado “la centrifugadora” donde conectan a las personas. Esa centrifugadora es nuestro objetivo, vamos a meternos en sus servidores y apagarla. Nos comunicamos por medio de un canal de un rudimentario IRC e iremos cooperando para que la operación sea un éxito. Por nuestra parte tendremos a nuestra disposición dos terminales, el de IRC y el de comandos. Podremos ir alternando entre ambos mediante la tecla ALT y las direcciones. Y como buenos hackers que somos, el título se juega sin ratón, solo con teclado.
Mediante el IRC, nuestros compañeros nos irán dando pistas del siguiente paso o mandándonos archivos, nosotros tendremos que realizar todos los pasos en el terminal de comandos e ir informando de nuestros progresos. Obviamente la cosa se va a poner difícil o a torcer directamente, pero eso lo meto en el cajón de los spoilers.
Lo que más llama la atención, por supuesto, es el terminal de comandos linux que tenemos a nuestra disposición. Sin entrar en demasiados tecnicismos diré que tenemos un terminal completamente funcional con sus carpetas, discos duros y unidades externas a las que conectarnos. Podremos realizar operaciones básicas como navegar con “cd”, listar con “ls”, editar con nano, ejecutar aplicaciones, leer ficheros en distintos formatos, recibimos pantallas de error, de confirmación, ayudas para las distintas aplicaciones… y así un largo etcétera en el que, si no estás muy puesto, es posible que esto te suponga una barrera en el disfrute de la experiencia, más aún que el hecho de que el juego esté enteramente en inglés.
Aún así estamos hablando de una experiencia que no debería de tomarnos más de hora y media completar a lo sumo. Al igual que con Buckshot Roulette, tendremos una partida intensa pero esta vez más centrada en la narrativa, por lo que, al contrario que en el título anterior, no tendremos ninguna rejugabilidad más allá de descubrir sus dos finales (los cuales dependen de una decisión al final, y con un punto de guardado justo antes). Artísticamente se repite lo visto en Buckshot Roulette, con gráficos que emulan los 32 bits a base de polígonos grandes y texturas pixeladas. Sin olvidar por supuesto el factor horror, presente sobretodo al final de la aventura.
Realmente poco más se puede decir de este s.p.l.i.t más allá de lo nombrado. Si acaso destacar un par de puzles a golpe de terminal que nos hará tener que darle al coco más de lo normal, pero poco más. Pero con esto no quiero sonar despectivo, en absoluto, este título es muy muy competente y como experiencia narrativa está fenomenal. Seguramente no venda lo mismo que su anterior juego (tampoco le hace falta) pero oye, si algo bueno nos ha dado Buckshot Roulette más allá del propio juego, es la posibilidad de que Mike Klubnika pueda experimentar con los videojuegos de forma libre y sin buscar el rédito económico. Lo cual para los que amamos los títulos experimentales, es genial.
Ambos títulos juegan con el medio de forma distinta, con una visión particular y buscando ir un paso más allá de lo convencional. Quizás la experiencia te sepa a poco dada su duración y lo complejo que habrá debido ser emular un terminal linux funcional para, al final, no sacarle tanto provecho como sí podría hacerse con una aventura de mayor duración. Pero yo creo que es un recurso más que favorece la inmersión en una historia bastante críptica y que no da demasiadas explicaciones (que últimamente estamos muy mal acostumbrados a que nos lo den todo mascado). Además, se ha ganado el poder hacer lo que le dé la gana ¡qué demonios!
s.p.l.i.t es una aventura narrativa atípica a la par que breve, con golpes de genialidad como el terminal de comandos linux o ciertas licencias tanto dentro como fuera de la pantalla. Con un toque de horror no demasiado explícito, muy al estilo de Buckshot Roulette, Mike Klubnika vuelve a jugar con el medio para presentarnos una historia de hackers donde nos hará sentirnos como uno de ellos.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Strange Signals -
💚 El terminal linux.
💚 La historia críptica y sin explicaciones que nos mantiene en constante intriga.
💚 La experiencia narrativa de ser un hacker es 100% inmersiva.
💚 Horror suave pero impactante, como su predecesor.
❌ Nula rejugabilidad.
❌ Su escasa duración, en una hora u hora y media lo tienes terminado.
Juan Carlos es clase dual (Programador / Filólogo), antes era solodev y ahora proyecto de divulgador e investigador académico en game studies. Friki a tiempo completo y amante del videojuego de terror en todas sus facetas.