¿Te acuerdas de las clases de historia en las que te explicaron la Revolución Francesa? ¡Cómo olvidar el momento en el que el pueblo francés, apoyado por un robot gigante impulsado por flogisto cristalizado, dispersa a la guardia real y toma la Bastilla!
Si no te acuerdas es porque no prestaste atención o porque, en realidad, nunca te contaron eso y lo que te pasa es que no has jugado a «Bonaparte: a mechanized revolution», un curioso híbrido de juego táctico y novela visual que está desde hace unos meses en acceso anticipado.
Algo que este juego hace bastante bien es documentarse. Poco después de comenzar a jugar tendremos que elegir con quién está nuestra lealtad durante la revolución: podemos unirnos a los jacobinos, los moderados o los aristócratas.
Después de escoger, podremos lanzarnos a la conquista de Francia y a la depuración de nuestros enemigos políticos en una mezcla de juego de estrategia por turnos, batallas tácticas y novela visual que, por desgracia, no funciona tan bien como debería.
Las primeras horas de juego son muy entretenidas en el aspecto de novela visual. Los diálogos están bien documentados, las situaciones reflejan algunos episodios de la revolución sin llegar a ser un documental. Los problemas comienzan cuando, para cada reclutamiento o construcción, hay que pasar por una pequeña sección de texto en la que se nos explica cómo vamos a reclutar a cada uno de nuestros oficiales, o cómo se financia la construcción de una imprenta en Bar-le-Duc.
La capa estratégica está mucho mejor pensada que la de novela visual. Tenemos que equilibrar nuestra influencia política, nuestra producción económica y la extracción del delicado, precioso y escaso flogisto que impulsa los colosos, pieza central de nuestro ejército.
Cada cierto número de turnos tendrá lugar una Convención Nacional, donde podremos votar, negociar o sobornar a parlamentarios para que aprueben leyes que nos interesan. La formación de la cámara está relacionada con lo bien que lo estemos haciendo en el mapa estratégico.
El combate táctico bebe bastante de Fire Emblem, pero añadiendo más opciones para las unidades. Es una parte del juego bastante entretenida pero, a mi modo de ver, tiene un problema: las unidades tienen, todas, una cantidad de vida altísima, lo que hace que los combates se estanquen en más de una ocasión en un intercambio bastante tedioso de tiros de una unidad a otra. Quizá reducir la durabilidad de las unidades o incrementar los obstáculos en el terreno haría mejorar esta capa táctica.
«Bonaparte: a mechanized revolution» tiene una buena idea entre manos, pero debe mejorar la implementación. La parte de novela visual se ve poco pensada y repetitiva más allá de la primera hora de juego; a partir de ese momento, cuando tenemos que empezar a leer el mismo diálogo cada vez que construimos un edificio, la propuesta empieza a cansar. Aún hay esperanza, eso sí: el juego, al estar en acceso anticipado, puede pulirse y me consta, tras leer su página de Steam y los parches que están introduciendo, que están intentando limar las asperezas del sistema de juego.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Studio Imugi -
💚 Las capas estratégicas se relacionan bien.
💚 La documentación representa bien la revolución francesa pasada por una capa de ciencia ficción sin agobiar con datos.
❌ Las batallas tácticas duran demasiado tiempo: las unidades tienen muchísimos puntos de vida.
❌ La capa de novela visual no aporta nada desde el momento en que se abre la campaña.
José María es docente de profesión, jugón desde pequeñito y bocazas ocasional. Juega juegos de naves por voluntad propia y explica su historia en Defensores de la Galaxia. También habla sobre videojuegos independientes en su twitch semanal Indieseables.