En el cine es relativamente habitual ver películas que tratan la religión como tema principal e incluso representan personajes bíblicos (Ben-Hur, Los diez mandamientos). Pero ya no estamos en la época dorada de Hollywood, la audiencia es más global y el cristianismo está menos arraigado en la sociedad. Aún no existe una producción de gran presupuesto en los videojuegos que trate los pasajes bíblicos en forma de aventura, y probablemente nunca vaya a existir. Por más que abrir los mares o luchar contra gigantes pueda sonar interesante, la interactividad del videojuego puede chocar contra los dogmas y la fe. El riesgo comercial y las posibles controversias son barreras muy altas para que un estudio se atreva a pisar este terreno.
BioShock Infinite (2013)
Es por esto que estas cuestiones religiosas se abordan a menudo de una forma más alegórica o simbólica, integrando conceptos religiosos en un universo propio. Final Fantasy X construyó un culto ficticio, BioShock Infinite abordaba una fantasía distópica o Blasphemous incorporaba la imaginería católica. El espacio indie es perfecto para abordar estos temas, ya que pueden asumir más riesgos, contar historias más personales e incómodas desde una perspectiva más creativa. Y desde luego, Indika es uno de esos juegos que no deja indiferente.
Indika es una monja que reside en un convento en la Rusia de finales del siglo XIX. Sin embargo, pronto veremos que algo no va bien. Su relación con las otras monjas es nefasta, se siente aislada y vulnerable, y por si fuera poco, oye unas voces en su cabeza del mismísimo diablo. Visto el panorama, nos embarcaremos en un viaje fuera del monasterio en el cual viviremos situaciones inesperadas, en territorios ambiguos en los que la fe se mezcla con la culpa.
La aventura principal se alterna en ciertos momentos con minijuegos en 2D pixelado que nos revelarán detalles del pasado de Indika. Están bien implementados, aportan algo de variedad y nos ayudan a conocer el pasado de la protagonista. Además, los traumas de Indika posiblemente hacen que sus recuerdos hayan quedado difuminados, lo cual se representa perfectamente con ese estilo pixelado.
Conoceremos detalles del pasado de Indika con Mirko y su padre
El juego carece de acción -a excepción de algunas secuencias de persecución- y la exploración no aporta demasiado. ¿Qué es lo que queda entonces? Los puzles. Hay algunos interesantes, como los que distorsionan la realidad y podemos superar con los rezos de Indika, pero también hay un buen número que se dedican a usar distintos tipos de maquinaria y engranajes. Estos no siempre están tan inspirados, y en ocasiones se siente que están ahí para alargar un poco la duración del juego.
Esquivar pescados de dos metros es otro día en la oficina para Indika
La religión es un punto de apoyo para Indika, y podremos conseguir puntos de fe que nos permitirán conseguir potenciadores para acumular más. Pero “Los puntos no sirven de nada” como nos indican en el propio juego. A pesar de que nos dicen esto, nosotros los seguimos buscando y recogiendo. Porque es lo que nos han enseñado como jugadores, y como Indika, seguimos rituales incluso cuando sabemos que no conducen a ninguna parte.
Si hay un adjetivo que describe la atmosfera del juego es mortecina. Los colores apagados, con esos paisajes colmados de nieve y frágiles estructuras de madera, serán la tónica del juego.
Utilizaremos diferentes máquinas y engranajes a lo largo del juego
Indika es un título que destacaba en su apartado gráfico, pero en esta versión han tenido que hacer ciertos recortes para poder encajarlo en una Nintendo Switch. Está lastrado por algunos problemas técnicos, y a medida que avanzamos es frecuente que aparezcan elementos y texturas nuevas, ese llamado popping, que puede llegar a ser molesto en este caso por su frecuencia. Los vídeos tienen una compresión excesiva, que hace que se vean unos artefactos impropios de un juego moderno. Además, el contraste de estas secuencias es tan alto que en ocasiones cuesta vislumbrar correctamente lo que ocurre. Por si fuera poco, también hay problemas de audio en ciertos momentos en las transiciones entre vídeo y gameplay.
Las secuencias de vídeo no están bien adaptadas a Nintendo Switch
Pero lo peor de todo son los crasheos que se pueden llegar a sufrir durante el juego. En mi caso fueron hasta cuatro veces en las que se cerró el juego durante una de las secuencias que se reproducen entre capítulos. Si en un futuro se añade algún parche que solucione estos problemas la experiencia de juego podría ser mucho mejor, pero su estado actual es difícil de justificar.
Lo he jugado en Switch 2, pero no observo que haya ninguna mejora gráfica respecto a la versión de Switch, lo cual es una lástima ya que se podrían haber aprovechado las capacidades de la nueva consola de Nintendo.
Indika es un videojuego extraño, plagado de ideas y conceptos interesantes, situaciones incómodas y simbolismos crudos, pero que no se terminan de ejecutar del todo bien para acabar siendo brillante. Se plantean algunos asuntos y dilemas que no terminan de cerrarse, y llega a su final de una manera algo precipitada, pero coherente con lo que se nos quiere contar. Si te gustan las aventuras narrativas fuera de lo común puede ser una experiencia interesante, aunque por desgracia la versión de Nintendo Switch no es demasiado recomendable en su estado actual.
- Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por 11 Bit Studios -
💚 Algunas de sus ideas jugables son interesantes.
💚 Ciertos momentos de la historia te hacen reflexionar.
💚 Los minijuegos en 2D que nos revelan el pasado de Indika.
❌ Tiene altibajos en su ritmo narrativo y jugable.
❌ Problemas técnicos en gráficos y estabilidad, que pueden llevar a bloqueos del juego.
Javier Huerta es un comunicador de videojuegos que actualmente dirige y presenta el pódcast El Bloque Misterioso desde enero de 2023. Además, es la persona detrás de la cuenta de X para los amantes de los videojuegos, lo retro y el píxel, Nestálgicos.