Cuando un género concreto de videojuegos triunfa, es habitual ver imitaciones que tratan de replicar la fórmula. Esto ha sucedido siempre: tenemos ejemplos de los 90 como Killer Instinct tratando de imitar la brutalidad de Mortal Kombat, o Crash Team Racing, que subía a los personajes de su franquicia a los karts al más puro estilo del fontanero de Nintendo. En el caso de Halls of Torment, se podría decir que estamos ante una copia del popular Vampire Survivors, un roguelite en el que nos enfrentamos a ingentes oleadas de enemigos mientras mejoramos los atributos de nuestro personaje. Pero Halls of Torment lo sabe dotar de su propia personalidad desmarcándose mucho con su estilo gráfico, que bebe sobre todo de la saga Diablo. Analizamos ahora el juego aprovechando la salida de su versión 1.0, pues hasta ahora ha estado en acceso anticipado.
Diablo (1996)
Si Vampire Survivors basa su apariencia en el píxel puro y duro, con una apariencia que parece de principios de los 90, Halls of Torment se adelanta unos años y nos muestra unos gráficos prerenderizados. Una técnica muy utilizada a finales de los 90, y que por desgracia actualmente está en desuso. Además de los sprites y entornos, incluso la interfaz nos remite a juegos de ordenador de esa época. Estas elecciones artísticas llaman la atención y le dan una ambientación más oscura que nos prepara para el desafío de sobrevivir en salas infestadas de enemigos. A nivel sonoro también nos remite a esas épocas con piezas ambientales y multitud de efectos de sonido bien logrados que refuerzan la inmersión.
La jugabilidad es a priori sencilla: movemos a nuestro personaje por el escenario y este atacará automáticamente en la dirección que apuntemos. Pero poco a poco iremos aumentando las habilidades de nuestro personaje, conseguiremos magias y objetos que diversificarán nuestros ataques y tendremos que ir planeando la estrategia de la build que queremos a medida que subamos niveles. Cada varios minutos irán apareciendo enemigos de élite que serán más difíciles de derrotar, así como hordas de enemigos que tendremos que esquivar para poder salir vivos. En algunos momentos la sensación es de estar jugando a un bullet hell, como si esquiváramos las balas que aparecen en pantalla. A pesar de que acostumbro a jugar con mando, el uso de ratón y teclado es una buena combinación para este tipo de juego.
Transcurridos los 30 minutos nos tocará pelear mano a mano contra el señor de la sala
Cada partida está pensada para durar 30 minutos (que será algo más con los tiempos entre menús), y aunque no lleguemos a completarla, siempre podremos conseguir oro o realizar algunas de las 500 misiones que nos propone el juego. Estas misiones son importantes, ya que nos darán recompensas como mejoras nuevas, bonificaciones de oro o incluso personajes nuevos que se unirán a nuestra hoguera. Cada uno de estos tiene características diferentes y aportan variedad a cada una de las sesiones. Empezaremos con un guerrero con características equilibradas y luego podremos usar otros personajes con habilidades más particulares que iremos descubriendo. Las combinaciones de clases, mejoras, tipos de magias y equipamiento son suficientemente grandes para que cada partida se sienta diferente.
A medida que avancemos en la partida cada vez habrá más elementos en pantalla
El oro lo podremos utilizar en el altar de las bendiciones, que nos ofrece mejoras permanentes, y adquiriendo objetos a través de un pocero que tendremos que rescatar previamente. Para conseguir nuevos objetos los tendremos que llevar a la superficie a través de un pozo desde una de nuestras partidas, y el pocero nos lo revenderá para poder utilizarlo de inicio (más usurero que un banco, el tipo). También hay otro NPC que ayudaremos más adelante y nos podrá preparar pociones, y se agradece que haya este tipo de interacciones en los escenarios. Sin embargo, desconocemos completamente los datos sobre los personajes jugables que se unen a nuestro grupo, ya que simplemente los desbloqueamos al completar alguna de las misiones.
Las conversaciones que tendremos con los NPC tienen un doblaje que recuerda al de juegos antiguos
En líneas generales, el juego me ha parecido bastante fácil en cuanto progresamos un poco y conseguimos objetos clave. Tras un periodo inicial de adaptación he podido completar cada sala en el primer intento. Aunque al completar las salas se desbloquea el altar del tormento, que permite rejugar las fases con mayor dificultad, la sensación es que el juego empieza con fuerza, pero pierde intensidad hacia el final. La progresión y la dificultad no parecen estar completamente balanceadas, lo que deja una experiencia algo desigual.
Halls of Torment es un juego satisfactorio para jugar en partidas cortas, con una interesante puesta en escena que nos recuerda a clásicos de PC de los 90. Sin embargo, me quedo con la sensación de que va de más a menos, puesto que la dificultad inicial baja en picado en la segunda mitad del juego, en cuanto conseguimos las mejoras y el equipamiento adecuado. Con una progresión más equilibrada sería un juego notable.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Jesús Fabre -
💚 Su estética oscura y lúgubre que recuerda a los Diablo clásicos
💚 Multitud de personajes y opciones de personalización
💚 Está a un precio reducido
❌ Historia prácticamente inexistente
❌ La progresión no acaba de estar bien medida
Javier Huerta es un comunicador de videojuegos que actualmente dirige y presenta el pódcast El Bloque Misterioso desde enero de 2023. Además, es la persona detrás de la cuenta de X para los amantes de los videojuegos, lo retro y el píxel, Nestálgicos.