Tan solo en 2024, se estima que se derramaron alrededor de 12.500 toneladas de petróleo en los océanos y mares del mundo. Para hacernos una idea del alcance, una tonelada puede extenderse hasta cubrir entre 8 y 12 km2, formando una película delgada sobre el agua. Si tomamos como media 10 km2 por tonelada, el resultado es una cifra desoladora: unos 125.000 km2 de superficie marina afectada en condiciones de dispersión. Una extensión casi equivalente al tamaño de Grecia. Este es solo uno de los muchos atentados que el ser humano comete contra la Tierra.
Desastre del Prestige (2002)
En el famoso Desastre del Prestige de 2002 se derramaron más de 50.000 toneladas de fueloil, un derivado del petróleo más denso y difícil de eliminar que afectó durante años a las costas gallegas. Tras estos datos tan espantosos, ahora toca hablar de algo mucho más agradable como es Spilled!, un pequeño juego en el que limpiaremos petróleo y otros residuos del océano con nuestro barco mientras exploramos distintas zonas marinas.
La historia de Spilled! va ligada a la de su creadora. Tras varios años programando, a finales de 2022 la desarrolladora Lente decidió dejarlo todo e irse a vivir a un viejo barco, que tuvo que reformar para habitarlo. Esto le permitió ahorrar en gastos de alquiler (lo de la vivienda ya es un problema global) y poder centrarse en el desarrollo del juego. De pequeña ya creció en un barco con sus padres, algo relativamente normal en un país con tradición por las casas flotantes como los Países Bajos. Este regreso a lo esencial, a la naturaleza que merece nuestros cuidados, se ve reflejado en el juego.
El barco en el que Lente ha desarrollado Spilled!
En cualquier caso, seguro que las aguas no siempre han estado tranquilas, y es que una aventura de este tipo siempre tiene sus trabas. Han pasado algo más de dos años de desarrollo y un Kickstarter por medio, pero por fin nos ha llegado Spilled!, uno de estos juegos cozy en el que la exigencia con el jugador es mínima y simplemente te invita a relajarte y dejarte llevar.
Tras una pequeña introducción en la que nos quedamos atrapados en una zona marítima llena de manchas de petróleo, tomaremos control de nuestro barco. En un principio nos limitaremos a acelerar y maniobrar por el agua para ir eliminando las manchas, que se van almacenando en la carga y que, al ser llevadas a la planta de reciclaje, nos permitirán obtener monedas. A cambio de estas conseguiremos mejoras en la propulsión del motor, nuestra capacidad de carga y la longitud del succionador. El juego nos va introduciendo nuevas mecánicas, como un chorro de agua para limpiar manchas y apagar incendios o una pinza para agarrar barriles del fondo del mar. La variedad de herramientas, pese a la brevedad del título, evita la monotonía. Los controles son suaves y satisfactorios, y junto a su vibrante apartado artístico y sonoro nos animan a completar el juego en una sentada.
Nos encontraremos con pequeñas misiones secundarias
Arrastrar las botellas hasta el punto de reciclaje requiere más paciencia, puesto que las físicas de cada una de ellas funcionan por separado y se pueden desperdigar. Además, afectan a la potencia del barco; hay varios detalles como este que denotan el mimo que hay detrás.
A medida que quitamos manchas y devolvemos el río a su estado óptimo, el agua se vuelve más pura y veremos elementos del fondo marino. Cuando hayamos limpiado la mayor parte del sector se abrirá el acceso al siguiente, en un recorrido compuesto por ocho regiones. Es sencillo completar al 100% cada una de ellas y rescatar a los dieciséis animales que hay desperdigados por el juego. Se trata de una tarea más contemplativa que desafiante; no hay pasajes ocultos ni secretos que exijan de gran habilidad para ser descubiertos. Cada una de las áreas es más grande que la anterior, al tiempo que mejoran las capacidades del barco, por lo que la progresión se siente adecuada. Los biomas, variados y con personalidad propia, transforman cada tramo del viaje y hacen de él un paseo marítimo agradable.
Los efectos meteorológicos son vistosos
En la última zona del juego, nos esperará un “jefe final” que deberemos derrotar. Sirve como metáfora de la travesía y colofón final de la aventura, manteniendo y siendo fiel a su sencillez. Por su estilo y espíritu nos recuerda a A Short Hike, otro pequeño indie que sin necesidad de grandes despliegues nos transporta a otro lugar, aunque solo sea por un rato.
Es casi imposible que no te guste un juego como Spilled!. Su jugabilidad relajada y los valores que transmite emanan positividad. Se trata casi más de una experiencia que de un videojuego al uso, navegando en el terreno del edutainment. Has de tener en cuenta que juego corto que se puede terminar en apenas una hora.
Aun así, en ese corto trayecto logra recordarnos que, incluso en un océano herido, nuestras pequeñas acciones pueden devolverle su belleza. No llega a ser un sermón o una lección: simplemente pone el timón en tus manos y te invita a jugar y reflexionar sobre la importancia de cuidar este hermoso planeta.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por Pirate PR -
💚 Su pixel art es vibrante y colorido
💚 Transmite un mensaje de concienciación
❌Poca profundidad jugable
❌Una experiencia muy breve
Javier Huerta es un comunicador de videojuegos que actualmente dirige y presenta el pódcast El Bloque Misterioso desde enero de 2023. Además, es la persona detrás de la cuenta de X para los amantes de los videojuegos, lo retro y el píxel, Nestálgicos.