La ciencia ficción es un género fascinante para la narración de historias. Las hipótesis futurísticas y los avances tecnológicos que quizá nunca existirán dan forma a un montón de posibilidades que hacen vibrar nuestra imaginación. Conceptos que no veremos en los libros de historia y que escapan a nuestra comprensión lógica, pero a pesar de todo ¿a quién no le atrae especular con máquinas del tiempo, viajes interestelares o el encuentro con razas alienígenas? The Alters se inspira en los clásicos, pero en especial me ha recordado a Moon, la película de culto de Duncan Jones que transcurre en una base lunar. En ella, el protagonista acaba descubriendo de la existencia de clones que mantienen el funcionamiento de la estación de manera perpetua.
Moon (2009)
Los polacos de 11 bit studios son ya expertos en esto de ponernos a prueba en videojuegos llenos de supervivencia, dilemas morales y gestión de recursos. Han tomado elementos de anteriores proyectos –si has jugado This War of Mine o Frostpunk verás reminiscencias, y si aún no lo has hecho… ya estás tardando-, pero esta vez han ido más allá, con una narrativa profunda en un entorno de ciencia ficción que nos pone en las botas de Jan Dolski, un constructor que no sabía qué hacer con su vida hasta que se apuntó a un anuncio de Ally Corp., una megacorporación en busca reclutas para una misión: encontrar y extraer un material llamado Rapidium del que todo el mundo está hablando últimamente.
Entras en la nave espacial con una mezcla de ansiedad y entusiasmo. Vas a ir al espacio. Muy lejos de aquí, tal y como siempre habías deseado… Lejos de tus problemas. Ya podrás pensar en ellos más tarde. O quizá para cuando regreses a la Tierra ya ni existan.
Esta es la última página del ciclo vital de Jan Dolski, nuestro protagonista. Pero quizás no sea del todo consciente de lo cruel que puede ser el espacio, donde el riesgo de que algo salga mal es muy alto. Eso es lo que acaba pasando en nuestra expedición, en la que Jan termina siendo el único superviviente mientras el resto de la tripulación acaba muriendo en un mal aterrizaje. Varado en un planeta hostil y sin posibilidad de ayuda exterior, su única salida es crear versiones alternativas de sí mismo, los llamados álters. No son meros clones, sino que cada álter encarna lo que Jan pudo haber sido, bifurcaciones de un mismo tronco vital, marcadas por decisiones pasadas que cambiaron el rumbo de su vida.
Poder observar las memorias esenciales de cada Jan es uno de los momentos más sobrecogedores
Cada uno de ellos posee habilidades específicas que nos serán muy útiles para sobrevivir, gestionar nuestra base y conseguir nuestros objetivos, pero también poseen sus propios recuerdos, deseos y una personalidad diferenciada. Para crear estos álters utilizaremos el Rapidium, un mineral que hallaremos en este planeta y que supondrá uno de los ejes de la historia. Sus extrañas propiedades son cruciales para el desarrollo de la Tierra, y desde la base terrestre te encomiendan a que extraigas el máximo posible antes de volver.
Cada versión de Jan Dolski tiene sus propios sentimientos y recuerdos, por lo que tendrás que conseguir que haya armonía en el grupo para que el proyecto siga adelante. Se trata este tema de una manera muy humana, pudiendo observar la confusión inicial en el momento en que despiertan y ven que están rodeados de clones de sí mismos. Cabe destacar el impresionante trabajo de Alex Jordan, la voz de los diferentes “Jans” a los que dota un carácter único, modificando el tono de voz según la personalidad de cada uno de ellos.
Aunque la extracción de Rapidium es el objetivo formal de la misión, primordialmente tendremos que sobrevivir en las duras condiciones de este planeta extraterrestre, en el que la radiación y las anomalías ambientales nos pondrán a prueba. Además de esto, también deberemos mover la base por la superficie del planeta cada cierto número de días, ya que la exposición directa del sol y su radiación es mortal. Nuestro bucle jugable será explorar y extraer recursos para así poder mejorar la base, mantener a los álters en buenas condiciones y proseguir la misión. En mi caso no tuve demasiados problemas jugándolo en su dificultad normal, pero en ocasiones te puedes topar con algún imprevisto que te pone en apuros. Esa es parte de la gracia del juego, pero por si acaso el juego guarda automáticamente cada día que pasa y puedes volver atrás si lo necesitas.
También hay momentos para relajarse y ver alguna peli con los bros
La presentación y puesta en escena del juego es realmente original. Desde el diseño de los paisajes extraterrestres, hasta el tratamiento narrativo de la creación de clones, todo transmite una sensación de extrañeza y maravilla por descubrir. La llegada del primer álter, el Técnico, es un momento incómodo y conmovedor a partes iguales. Su carácter terco y gruñón no facilita las cosas, pero poco a poco se le coge cariño. Lo mismo ocurre con el Científico, cuyas investigaciones resultan clave para el progreso tecnológico y la comprensión del entorno. A partir de aquí, el jugador puede elegir entre diferentes versiones de Jan con sus propias habilidades y rasgos de personalidad.
Jan Técnico es un verdadero encanto
Las mecánicas de acción y exploración también se sienten frescas, pero es cierto que una vez hayamos terminado con una zona del mapa, el juego se puede quedar un poco cojo cuando solo queda la parte de gestión. A pesar de esto, las conversaciones con el exterior, los dilemas entre álters, y las tensiones en el grupo mantienen el interés incluso cuando baja el ritmo. Las decisiones que tomemos durante el juego también tendrán su impacto en la historia, pudiendo elegir diferentes caminos según las respuestas que demos a los contactos externos que hay en la Tierra. Además, cada álter tiene su propia historia, con misiones secundarias que podemos completar opcionalmente si queremos ahondar en sus historias personales. En el fondo, The Alters no nos plantea únicamente una cuestión de supervivencia, sino también existencial. ¿Qué habría pasado si hubiéramos elegido otro camino? ¿Otro amor? ¿Otro lugar en el mundo?
The Alters es un juego que mezcla con gran acierto exploración, gestión de recursos y aventura narrativa inspirada en clásicos de ciencia ficción, añadiendo muchas ideas únicas que lo convierten en una experiencia singular.
Su historia nos intriga y nos lleva a reflexionar sobre las elecciones que tomamos en nuestra vida, lo que nos puede llegar a cambiar nuestro entorno y la gente que nos rodea. Se nota que han bebido también de corrientes filosóficas como el existencialismo o el determinismo. No soy ni mucho menos un experto en filosofía, pero si me permitís voy a concluir con una cita de Sartre: el hombre no es otra cosa que lo que se propone, lo que él mismo hace de sí. Jan Dolski se ha hecho muchas veces, y cada una de esas vidas alternativas nos recuerda que, en el fondo, somos la suma de nuestras decisiones. Y también de las que no tomamos.
- Hemos realizado este análisis en PC con un código proporcionado por 11 bit studios -
💚 Un ciclo jugable de exploración y gestión de recursos adictiva.
💚 Una narrativa de ciencia ficción de alto nivel
💚 La originalidad de su propuesta y su espectacular puesta en escena.
💚 Las diferentes personalidades de cada álter, tratadas de manera muy humana.
💚 Te hace reflexionar sobre temas profundos, dilemas morales y la importancia de las decisiones que tomamos en nuestra vida.
❌La gestión de la base puede saber a poco sin la parte de exploración.
❌Puede resultar exigente para algunos jugadores.
Javier Huerta es un comunicador de videojuegos que actualmente dirige y presenta el pódcast El Bloque Misterioso desde enero de 2023. Además, es la persona detrás de la cuenta de X para los amantes de los videojuegos, lo retro y el píxel, Nestálgicos.