Estamos a las puertas de un nuevo año, lo que suele implicar marcarse nuevos propósitos, llenar la agenda con los lanzamientos más deseados de 2026 y echar la vista atrás para ver qué nos han dejado los últimos doce meses. Desde la redacción de Retro Pixel Press nos hemos propuesto hablaros de los mejores títulos que hemos jugado en 2025. Cada uno de nosotros ha seleccionado tres juegos que nos han dejado huella, dando forma a una espléndida selección de 21 títulos imprescindibles. Los hay actuales y otros con unos cuantos añitos a sus espaldas; de géneros muy distintos, algunos más centrados en la historia y otros en la jugabilidad... pero todos tienen algo en común: son juegazos. Saca la libreta y apunta, que seguro descubres algún título interesante.
Yakuza 6: The Song of Life supone un cierre perfecto para la etapa de Kazuma Kiryu como protagonista principal (aunque su legado continúa más adelante con la transición en Like a Dragon). A diferencia de Yakuza 4 y Yakuza 5, el juego se centra exclusivamente en Kiryu y apuesta por una narrativa más contenida y cohesionada, dejando de lado el enfoque más disperso y abrumador de entregas anteriores. Fue además el primer título en utilizar el Dragon Engine, lo cual explica esta propuesta más sencilla. Para algunos puede sentirse como un paso atrás en términos de escala, pero precisamente esa contención lo convierte en uno de los capítulos más sólidos de la saga.
Las vicisitudes de la trama nos llevarán a proteger a un bebé y a indagar en la identidad de su padre. Seguiremos su rastro hasta Onomichi, un apacible pueblo costero de Hiroshima al cual se le coge mucho cariño. Allí, mientras cuidamos de Haruto, nos embarcaremos en sucesos que nos llevarán de nuevo al submundo de la yakuza japonesa, en una investigación que acabará conduciéndonos al misterioso “Secreto de Onomichi”.
No me gusta demasiado el término JRPG, ya que un género no debería ir asociado a un ámbito geográfico. Lo que está claro es que Occidente está cogiendo el testigo de esos juegos de rol por turnos japoneses que tuvieron su época dorada en los 90, en los que salvábamos el mundo al frente de un grupo de valientes héroes, mientras subíamos de nivel y adquiríamos cada vez habilidades más poderosas.
Sea of Stars enamora desde el primer momento gracias a su exquisito pixel art y a una banda sonora memorable. Sus escenarios, además, sorprenden y aprovechan muy bien la verticalidad, haciendo que la exploración resulte especialmente gratificante. La historia se cuece a fuego lento y tarda en arrancar, pero cuando lo hace logra atraparnos por completo, culminando en un tramo final con momentos realmente geniales.
Eres Jan Dolski, un constructor embarcado en una misión espacial que sale terriblemente mal. Tras estrellarse la nave, quedas como único superviviente en un planeta asolado por una radiación letal, condenado aparentemente a una muerte segura. Pero ¿y si existiera una alternativa? ¿Y si pudieras crear otras versiones de ti mismo para extraer recursos, gestionar la base y ganar tiempo hasta un posible rescate?
11 bit studios lo ha vuelto a hacer. Han elaborado una mezcla de géneros como solo ellos saben, combinando gestión, supervivencia y narrativa en una propuesta muy personal. Y la ha envuelto con una historia de ciencia ficción de lo más sugerente, que daría para capítulo de Black Mirror. Si queréis saber más información, ya os lo contamos por aquí.
A Jon Shepard le gusta que escribamos sobre jueguecillos que deban cumplir alguna condición especial: que se deban jugar con una mano, o que valgan para unas navidades de tranquilidad videojueguil. Como a mí me gusta llevar la contraria, me he traído tres juegos para unas fiestas adrenalínicas, para que no tengáis que cumplir con el tópico tan manido de las fiestas cozy entre chimeneas, pastelitos y calcetines de Papá Noel. Os traigo tres juegos que son puro destilado de acción, tortas y explosiones. Vamos al lío.
Un título del 88 con más chispa y acción bien diseñada que bastantes juegos actuales. Una sucesión de niveles que funcionan como un reloj, acción medida hasta el milímetro y "continues", muchos "continues". Apto para personas pacientes, con afición al píxel art y a los controles sólidos como rocas. Puedes saltarte la historia con un botón, lo cual siempre es una mejora.
Un "shmup" con sabor añejo y banda sonora cañera. A las mecánicas clásicas le añade una esquiva que rompe proyectiles y un ataque estilo "lock-on" que permite hacer coreografías bastante interesantes. Cuatro dificultades aptas para toda la familia, un píxel art con sabor añejo de los que molan y secretitos para ir escarbando. Creo que no jugar a Lilac 0 este año es delito, así que cuidado.
Acción en tres dimensiones a tiro y espadazo limpio con una heroína espectacular. Un juego de los que te pican a intentarlo otra vez cada vez que te matan, con una buena parte de secretitos, desafíos opcionales chungos y homenajes arcade que te cogen por sorpresa. Hay que pagar el peaje de tener algún QTE que otro, pero como Expedition 33 los ha vuelto a poner de moda no debería haber mucho problema. Cuidado que este sí engancha.
Uno de los mejores survival horrors de este año, y eso que me he metido unos cuantos, es Flesh Made Fear. Un equipo de soldados de élite acude a investigar una serie de sucesos en un pequeño pueblo, lo que encontraron no te va a extrañar. ¡Como me lo he pasado dándole a este juego! Mira que sabía que la escena indie de terror estaba en buena forma, pero no esperaba ni mucho menos que la vertiente clásica recibiese tanto cariño.
¿Qué te espera? Un título con sabor a clásico en todos sus aspectos. Es complicado, con muchas localizaciones, puzles algo enrevesados a veces y mucho bicho al que darle lo suyo y lo de su prima. Tienes dos personajes a elegir, un pueblo entero que explorar, varias rutas opcionales y hasta 6 finales posibles. Además, todo es muy de serie B, es cutre y lo sabe. Si estabas dudando y te va este tercio, te digo ya que lo pilles porque es una maravilla.
Por fin llegó, lo que parecía una broma, algo que nunca pasaría y que ha tenido a toda una comunidad (y a mucho postureta) en vilo durante años. Hollow Knight: Silksong se hizo realidad en septiembre y madre mía, ¡como se la han sacado en Team Cherry! Si el primero te gustó, este te va a encantar. Dejamos atrás al caballero del primer juego y nos ponemos en la piel de Hornet, personaje secundario del anterior, que es apresada y llevada a una nueva región.
Reconozco que, aunque jugué mucho al primer Hollow Knight, no soy de esos fans acérrimos. Sí, llegué a los panteones, conseguí terminarlo por completo y tal. Pero este, no me preguntéis el porqué, me ha dado más fuerte incluso. Lo jugué de salida y no puedo hacer otra cosa que recomendarlo. Solo pensar que esta versión base es más grande que el Hollow Knight original en su versión completa me vuelta la cabeza. Además se acaba de anunciar la primera expansión y me la pienso gozar muy fuertemente.
Iba a incluir Dark Souls 3 en la lista porque es al souls que más horas le he echado este año con diferencia (y me encanta). Pero siendo sincero, muchas de las ideas ya estaban ahí antes con Demon’s Souls. Me animé con este a principios de año, y aunque me lo he pasado varias veces y conseguidos todos los secretos, Demon’s Souls tiene “algo” que me hace querer volver cada cierto tiempo.
No sé si es por la progresión del juego, lo tremendamente “simple” de su propuesta (si lo comparamos con los hermanos mayores, claro), el rollo del nexo y la exploración libre, su lore y jefes, zonas como toda Boletaria o La Torre de Latria… no lo sé, la verdad. A veces me golpea más fuerte una propuesta sencilla y bien empaquetada que algo extremadamente elaborado y con mil opciones, y con Demon’s Souls me ha pasado eso. Para mí, un imprescindible.
Si alguien recuerda “The Call of Cthulhu: Dark Corners of the Earth” con cariño, The Sinking City va a darle felicidad. Si no lo conoces o no lo has jugado pero te gustan los relatos de terror de H.P. Lovecraft y su panda, te va a dar felicidad. Si simplemente te gustan los juegos de temática de terror y oscuros, The Sinking City te va a dar felicidad. Pasar un buen rato, ver volar las horas y participar en una historia bien escrita con resolución de enigmas y peso en tus decisiones, eso es lo que te da The Sinking City.
El universo de Warhammer 40K es una locura que, a poco que lo analices, te va a hacer reir. La exageración y lo histriónico es su bandera, y en el último juego (de momento) de Fatshark esto brilla en cada trozo de metal oxidado, charco de sustancia altamente tóxica o engendro putrefacto. Left 4 Dead inventó un género y Fatshark lo refina y lo explota como nadie. Ya lo hicieron en los dos Warhammer Vermintide, y repiten aquí, en el universo de ultralocura mecanizada de Warhammer 40K. Violencia extrema, armas locas, enemigos sobredimensionados y diversión con colegas. Si eso no es algo bueno me bajo del tren.
La Master System de Sega está muerta, eso lo sabemos. Sin embargo aún hay quien la hace bailar a su son, como una marioneta. Y lo hacen tan tan bien que parece que siga viva. Necromancia aparte, conseguir un juego tan divertido, vistoso y desafiante en una plataforma tan limitada y tan de nicho merece una, dos o tres mil oportunidades. Aunque caiga en el cliché, Frontier Force es LA carta de amor a un sistema que mucha gente ha olvidado, pero que sigue recibiendo cariño.
Pocas cosas hay más emocionantes que estrenar una consola, y este 2025 ha sido el año de Switch 2. Poniendo en la mesa muchas de las virtudes de su predecesora, a la vez que mejoraba los puntos flacos de aquella, Nintendo anunció su nueva máquina en un Direct que cerraba con uno de los bombazos del año, donde, en lugar del bigotudo fontanero, nos trajo al simpático gorila encorbatado.
Donkey Kong Bananza ha sido una de las sorpresas del año, mezclando la frescura y experiencia del equipo que nos trajo Super Mario Odyssey con ese estilo extraño y gamberro de la Rare de los 90. En esta aventura saltas menos de lo esperado y te dedicas, principalmente, a explorar los escenarios recolectando bananas y destrozando el terreno, pero la sensación de estar viviendo una aventura inolvidable y llena de sorpresas no desaparece hasta que llegas a los créditos. Y, aun así, sigue sorprendiendo. Toda una carta de amor a los fans del gorila más elegante de los videojuegos.
Cuando Supergiant Games lanzó su Hades (2020), tras un proceso de Early Access de más de 2 años, conquistó a la crítica y al público con su propuesta, fruto de combinar un juego de acción, mecánicas roguelite, un apartado artístico de escándalo y un desarrollo centrado puramente en la narrativa. La historia de Zagreo llegó a su fin y, en un movimiento tanto sorprendente como, quizá, demasiado conservador, el estudio de San Francisco decidió romper su regla interna de no desarrollar secuelas para anunciar Hades 2. ¿Es posible mejorar lo inmejorable?
Con más biomas, enemigos, bendiciones, personajes, ataques y mecánicas jugables, Hades 2 marca todas las casillas que hacen de una secuela el “más y mejor” esperado, mientras que lo trufa con cambios aquí y allá, tanto para los que vengan de nuevas como para los que tengan aún frescas las hazañas de Zagreo, el protagonista del original. ¿La premisa actual? Matar al titán del tiempo, padre de Zeus, que ha detenido indefinidamente el inframundo y a los dioses que lo habitan. Como Melinoe, hija de Hades, deberemos desentrañar la trama, recorrer los escenarios, aprender a sacarle partido a las armas y los hechizos que obtengamos y completar nuestra venganza. Death to Cronos.
¿Quién no ha dedicado horas buscando en internet creepypastas y relatos de terror? La curiosidad y el morbo pesan más que el desasosiego y la incomodidad que pueden provocar estas historias, porque hay algo ahí, en lo profundo de nuestro ser, que nos pide buscar y saber más de aquello que no logramos entender.
La protagonista de Urban Myth Dissolution Center, Azami, la lía al pedir ayuda a la organización que da nombre a este juego, dirigida por el enigmático Ayumu, por un extraño caso que está experimentando, y se ve inmersa en una trama de investigación que la llevará de un lado a otro de la ciudad, resolviendo crímenes e intentando descubrir la verdad detrás de las diferentes leyendas urbanas que se van encontrando. Esta visual novel combina secuencias de investigación, sencillos puzzles y muchísimos diálogos para contarnos una historia interesantísima sobre el poder del miedo, de las supersticiones y de los medios de información. Y, todo ello, traducido exquisitamente al castellano, que no es algo que se pueda decir de los lanzamientos a los que nos tiene acostumbrado este género.
Absolum ha sido una de esas sorpresas que no llegan haciendo ruido, pero sí ha dado de qué hablar. Mezcla el ADN del beat ’em up clásico con una estructura roguelike muy bien encajada, sin caer en repeticiones vacías. El combate es directo, contundente y legible, algo que se agradece cuando el caos llena la pantalla. Cada intento se siente distinto gracias a las sinergias, pero sin perder el control del ritmo y la dificultad propios del género.
Visualmente, poco que decir: se ve realmente bien y es una delicia verlo en movimiento. Su mayor acierto está en cómo integra el componente roguelike con el ritmo de las peleas, logrando que siempre apetezca encadenar unas cuantas partidas más. Absolum no intenta nada especialmente nuevo, pero te gana a base de solidez y buen diseño.
La verdad es que este tipo de juegos no son lo mío; odio tener que lidiar con otros jugadores sedientos de sangre. Pero esta ha sido una experiencia muy intensa y sorprendentemente absorbente. Para mí, ha sido toda una sorpresa descubrirme echando partidas y con ganas de más tras cada extracción.
Cada incursión transmite una sensación constante de riesgo, donde avanzar unos metros más puede significar una gran recompensa… o la muerte. En este caso, creo que el acierto está en la mezcla de escenarios, el diseño en tercera persona y la presencia de los robots que intentan matarnos, a veces incluso más peligrosos que los propios jugadores humanos.
Ya sea en solitario o en escuadrón de hasta tres personas, la tensión y la incertidumbre sobre qué pasará más adelante me han tenido enganchado más horas de las que me gustaría admitir.
Dispatch es uno de esos juegos difíciles de explicar por parecer una peliculita de animación y su carácter de serie episódica. Como ya he dicho, es una especie de película interactiva con una parte de gestión más jugable, pero ha sabido cautivarme con sus personajes.
Las conversaciones, el tono y la escritura sostienen este título por sí solo, logrando que la temática de superhéroes solo sea un añadido al paquete. Con poca jugabilidad, te hace estar dentro del universo y sentir que esas partes de gestión son importantes en la historia, dándole un sentido a esas partes. Es un juego que se disfruta más cuanto más te dejas llevar y solo o con tu pareja, es una experiencia más que recomendable.
Eriksholm The Stolen Dream es un título que ha pasado bastante desapercibido este año, un brillante juego de estrategia táctica y sigilo ambientado en una ciudad nórdica industrializada de principios del pasado siglo XX. Simplemente pasear y escabullirte por las bellas calles de Eriksholm es en sí una experiencia única, cada rincón que visitamos desprende magia y hace que te pares a contemplarlo.
El título nos pone en el papel de Hanna, una joven huérfana que se embarcará en una aventura para encontrar a su hermano desaparecido y donde cada escena es al mismo tiempo un puzle de ingenio, una narración emocionante y una obra de arte. Un título que hace todo bien y roza la perfección, una obra que no solo se juega, se siente y que te deja marca, la de una historia épica llena de humanidad, sentimientos reales y sueños perdidos.
Las aventuras gráficas de Postmodern Adventures se han convertido por méritos propios en obras de culto dentro del nicho de seguidores del género. Cada uno de sus lanzamientos es alabado por la crítica y el público sin excepción. En esta ocasión el genio de José M. Meléndez nos sitúa en el Londres de 1907, en medio de una sociedad británica en pleno auge industrial, comercial y cultural, pero con graves problemas estructurales. En mitad de este caldo de cultivo, interpretamos a Patrick Moore, uno de los profesores del polémico Departamento de Investigaciones Metapsíquicas, que deberá demostrar la existencia del más allá en 72 horas.
An English Haunting es algo más que una aventura gráfica de suspense y fantasmas, es literatura jugable. Es una mezcla de misterio, elegancia narrativa y cariño artesanal que convierte el juego en un pequeño viaje al otro lado del velo. Un lugar donde la historia alumbra, incluso, las sombras del Más Allá.
The Drifter es una aventura point & click que te pone en tensión de manera continua, que te obliga a avanzar con la muerte en los talones a cada momento y que te deja extasiado por la forma de narrar la trama. Un título de esos que te hacen reflexionar hasta cuando no estás jugando. Cuenta con una historia dura, profunda y llena de misterio que nos pone en la piel de un hombre que lo ha perdido todo y que aún así se aferra a la vida. Un argumento cinematográfico tipo thriller de ciencia ficción que te mantiene pegado al monitor en todo momento.
Cuenta con unos puzles originales y asequibles que no rompen el ritmo de la trama y que te invitan a seguir avanzando en todo momento mientras disfrutas de un apartado artístico de matrícula de honor con una ambientación pulp en clave de píxel que es sencillamente impresionante y en donde cada elemento del título está pensado para intrigar y llamar la atención del jugador. Sin género de dudas uno de los mejores juegos independientes del año y mi GOTY de este 2025.
21 experiencias IMPRESIONANTES, 21 títulos IMPRESCINDIBLES, 21 juegos de los que hay que jugar, al menos una vez en la vida.